¿Tú culpa o la mía?
Escrito por Hernan Jansen
Una vez escuché al famoso Conde del
Guacharo contar que cuando sus hijos hacían algo bueno su esposa siempre
diría “viste a mis hijos, que bellos son, mira que elegantes en su
graduación” pero si hacían algo malo la esposa replicaría “anda a ver lo
que hizo el @#$% d3 madr3 de TU hijo”. Tan elocuente y chistoso como
siempre.
A veces
nosotros tenemos la misma actitud ante nosotros mismos y las cosas que vivimos.
¿no creen ustedes?
Cuando superamos
con éxito las vicisitudes de la vida nos sentimos con un orgullo paternal hacia
nosotros mismos y nos llenamos de gloria con los jugos del éxito. Es fácil
entender y darse cuenta el porqué de nuestras acciones y como todas tuvieron
sentido, significado y propósito para alcanzar el éxito así como las aves
alcanzan los cielos en su volar.
Pero…¿
y cuando la vida nos lanza esa bola curva que evade nuestras habilidades o ese
bola rápida que no pudimos si no tan sólo verla pasar? Cuando el fracaso empaña
nuestra visión y temporalmente interrumpe nuestro caminar ¿por qué es allí tan difícil
darnos cuentas de lo que paso?
En esos
momentos es cuando comenzamos a buscar las causas de la decaída fuera de
nuestro control. Factores externos que son más fáciles de justificar y digerir
porque al final, son externos; no tuvimos dominio sobre ellos, son cosas de la
vida, no fue mi culpa, “pobrecito yo” dicen algunos.
Dichosa
esa frase que dice
“Todos nos creamos
a nosotros mismos. Pero sólo la gente exitosa lo admitirá”
SI exacto,
la gente exitosa atribuye sus éxitos a su esfuerzo, dedicación, sacrificio,
trabajo duro y mucho más. Pero también atribuye sus fracasos a su propio
esfuerzo (o falta de…), dedicación (o falta de…), sacrificio (o falta de…),
trabajo duro (o falta de…) y mucho más
dentro de su control.
Dentro de todos nosotros esta la semilla del
éxito, está la capacidad innata de lograr alcanzar nuestro mas grandes sueños. Hay
muchas cosas que podemos hacer para alzar el vuelo hacia la grandeza. Y si hay
una importante es esta: atribuirse los éxitos y los fracasos a uno mismo.
Así a través de los éxitos podrá crecer tu
confianza y tu deseo de llegar más. Y a través de tus fracasos podrás darte cuenta que lo primero que
necesitas cambiar eres tu mismo, y a diferencia de todos esos aspectos
externos, TÚ TE PUEDES CAMBIAR A TI
MISMO.
Deja que el viento
sople, deja que la lluvia caiga, deja que aparezcan obstáculos NO los culpes a
ellos, usa el viento para refrescar tus ganas, usa la lluvia para lavar tus
errores pasados y toma las piedras en tu camino y haz un puente hacia el éxito.
Vive en Grandeza,
HEJ
Soñando en grande
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