jueves, 28 de mayo de 2015

Tecnologia & Liderazgo

¿Tú culpa o la mía? 

 Escrito por Hernan Jansen

 
 Una vez escuché al famoso Conde del Guacharo contar que cuando sus hijos hacían algo bueno su esposa siempre diría “viste a mis hijos, que bellos son, mira que elegantes en su graduación” pero si hacían algo       malo la esposa replicaría “anda a ver lo que hizo el @#$% d3 madr3 de TU hijo”. Tan elocuente y chistoso como siempre.

A veces nosotros tenemos la misma actitud ante nosotros mismos y las cosas que vivimos. ¿no creen ustedes?
Cuando superamos con éxito las vicisitudes de la vida nos sentimos con un orgullo paternal hacia nosotros mismos y nos llenamos de gloria con los jugos del éxito. Es fácil entender y darse cuenta el porqué de nuestras acciones y como todas tuvieron sentido, significado y propósito para alcanzar el éxito así como las aves alcanzan los cielos en su volar.
Pero…¿ y cuando la vida nos lanza esa bola curva que evade nuestras habilidades o ese bola rápida que no pudimos si no tan sólo verla pasar? Cuando el fracaso empaña nuestra visión y temporalmente interrumpe nuestro caminar ¿por qué es allí tan difícil darnos cuentas de lo que paso?
En esos momentos es cuando comenzamos a buscar las causas de la decaída fuera de nuestro control. Factores externos que son más fáciles de justificar y digerir porque al final, son externos; no tuvimos dominio sobre ellos, son cosas de la vida, no fue mi culpa, “pobrecito yo” dicen algunos.
Dichosa esa frase que dice
“Todos nos creamos a nosotros mismos. Pero sólo la gente exitosa lo admitirá”
SI exacto, la gente exitosa atribuye sus éxitos a su esfuerzo, dedicación, sacrificio, trabajo duro y mucho más. Pero también atribuye sus fracasos a su propio esfuerzo (o falta de…), dedicación (o falta de…), sacrificio (o falta de…), trabajo duro (o falta de…) y mucho más dentro de su control.
Dentro de todos nosotros esta la semilla del éxito, está la capacidad innata de lograr alcanzar nuestro mas grandes sueños. Hay muchas cosas que podemos hacer para alzar el vuelo hacia la grandeza. Y si hay una importante es esta: atribuirse los éxitos y los fracasos a uno mismo.
Así a través de los éxitos podrá crecer tu confianza y tu deseo de llegar más. Y a través de tus fracasos podrás darte cuenta que lo primero que necesitas cambiar eres tu mismo, y a diferencia de todos esos aspectos externos, TÚ TE PUEDES CAMBIAR A TI MISMO.
Deja que el viento sople, deja que la lluvia caiga, deja que aparezcan obstáculos NO los culpes a ellos, usa el viento para refrescar tus ganas, usa la lluvia para lavar tus errores pasados y toma las piedras en tu camino y haz un puente hacia el éxito.
Vive en Grandeza,
HEJ

Soñando en grande

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