¿Por qué los equipos pequeños trabajan mejor?
Mejora la productividad de tu empresa con equipos laborales reducidos para que haya una mejor comunicación entre todos.
“Más grande no significa mejor cuando
hablas de trabajo” dijo Jeff Bezos, CEO de Amazon, cuando explicó “la
regla de las dos pizzas.”
Un ejecutivo recordó que en un retiro
algunos gerentes sugirieron que los empleados deberían comenzar a
comunicarse más unos con otros. Bezos se puso de pie y dijo “¡No, la
comunicación es terrible!” Quería una empresa descentralizada, incluso desorganizada en donde las ideas independientes prevalecieran sobre el pensamiento grupal.
De acuerdo a Bezos, el ideal es el
equipo de las “dos pizzas”: si un equipo no puede ser alimentado con dos
pizzas entonces es demasiado grande. Al trabajar en mi startup con un
equipo pequeño, a veces deseo tener más personas para poder trabajar en
mejores proyectos y hablar con más clientes. Es natural creer que los
equipos más grandes van a hacer mejores cosas, por eso me sorprendió
aprender que poner a más personas en un problema es una de las trampas
de productividad más comunes en las que puedes caer.
De hecho, la sabiduría convencional de
que dos cabezas son mejor que una está mal. Las personas con equipos más
pequeños son más productivas. Si aumentan los miembros
del equipo, los problemas comienzan a surgir. Los niveles de
rendimiento individual disminuirán y la gente no estará tan involucrada.
Aunque los equipos más grandes hagan más
cosas juntos, sucederá a un ritmo más lento que la suma de los
esfuerzos individuales.
Olvídate de criar gatos, criar humanos es un reto mucho mayor. Tienes
que lidiar con estos tres costos ocultos que empiezan a subir: costos
de coordinación, motivación y relaciones. Veamos más de cerca:
Costos de coordinación: El camino a las conexiones perdidas
El psicólogo de Harvard, J. Richard
Hackman dijo “Los equipos grandes usualmente terminan haciendo que los
demás pierdan el tiempo”. No es el número de personas, sino los lazos entre
ellos que se acumulan cuando el tamaño del grupo crece. El costo de
coordinación prolifera con cada nueva adición debido a que la gestión es
un proyecto de manejo de los enlaces.
Costo de motivación: El desánimo de perderse en la multitud = holgazanería social
La mera percepción de que estás en un grupo puede agotar tu
propia motivación y esfuerzo, un fenómeno conocido como holgazanería
social. Un estudio demostró este efecto con grupos de dos a seis
personas. Los participantes debían usar vendas para los ojos y audífonos
a prueba de sonido, al mismo tiempo se les pidió que gritaran lo más
fuerte posible. Todos hacían menos ruido en grupos comparado a cuando
gritaban solos.
Aunque el sonido total era más fuerte,
no creció en proporción con el tamaño del grupo. La holgazanería social
es un problema de retroalimentación.
Cuando un grupo es más grande, experimentas menos presión social y sientes menos responsabilidad porque
tu actuación se vuelve difícil de evaluar correctamente en medio de una
multitud. No es ninguna sorpresa que cuando el crédito y la culpa se
vuelven más difíciles de asignar, comienzas a sentirte desconectado de
tu trabajo.
Aunque en un principio no estés consciente de esto, esa desconexión inconsciente puede
convertirse en un comportamiento egoísta. Si sientes como que no
importas, entonces ¿cuál es el punto de intentarlo tanto? Esa es una
amenaza preocupante de la espiral de la desconexión y la disminución de
la motivación.
Pérdida relacional: La gente en equipos más grandes trabaja peor
La pérdida de coordinación y motivación
son conceptos que han estado presentes durante cierto tiempo, según la
teoría de Ivan Steiner. Pero la psicóloga y profesora de la Universidad
de San Diego, Jennifer Mueller, descubrió que la “pérdida relacional” es
un tercer elemento de porqué la eficiencia de los individuos disminuye
en equipos más grandes.
La pérdida relacional es lo que sientes cuando recibes cada vez menos apoyo
cuando el equipo crece. Esto incluye el apoyo emocional, asistencia en
hacer el trabajo y superar atrasos, y soporte informacional para ayudar a
resolver problemas. Piensa en tus peores días laborales y lo difíciles
que son cuando no tienes a alguien en quien apoyarte.
A la teoría de Steiner le faltaba el
hecho de que cuando estás en un equipo, regularmente interactúas y pasas
tiempo con ellos. Mueller sospecha que el deterioro de esos vínculos
puede contribuir a un rendimiento individual más débil. Entre más amigos tengas en Facebook, tus lazos son más débiles.
El precio de la pérdida relacional es
pagada con sentimientos de aislamiento y estrés crónico, lo cual lastima
la habilidad cognitiva y provoca un peor rendimiento.
Para mejorar la productividad en el
trabajo debes gestionar los enlaces. Aquí hay algunas formas para que tú
y tu tropa comiencen a recibir el beneficio de los equipos más
pequeños:
- Reconoce las herramientas de comunicación correctas.
El culto de la productividad a menudo se enfoca hacia dentro mientras
rechaza las necesidades de las colectivas. Encuentra y usa herramientas
“generosas” y procesos que bajen el costo de coordinación y ahorren
tiempo. Eso significa que debes usar aplicaciones de colaboración y que
debes mejorar la forma en la que participas y diriges las juntas.
- Haz que los equipos se sientan más pequeños. Hazte
amiga de tus compañeros y conócelos mejor. Esa fiesta o la “happy hour”
puede sonar como un evento algo tonto, pero estas salidas te permitirán
construir una relación y divertirte.
- Vuélvete radicalmente transparente.
La transparencia ayuda a prevenir comportamientos como holgazanería
social, lo cual recae en el hecho de que hay otro lugar en donde
esconderse. La otra mitad de tu trabajo, además de hacerlo, es comunicar lo que haces. Cuéntale a la gente de tus actividades y haz que el conocimiento sea accesible, visible, y colectivo.
- Ponte la capa de conectividad y solución de problemas. En
lugar de encoger los hombros, ve más allá de los límites de un rol en
particular para participar en todo. Usa tus habilidades de genio para
salvar el día al averiguar cómo conectar las necesidades con las
habilidades cuando alguien parece necesitar ayuda.
En equipos grandes, Mueller sugiere poner a una persona en el rol de solucionador de problemas. Será alguien que da un paso adelante cuando la gente se encuentra con obstáculos.
- Dense retroalimentación frecuente.
No dejes que esta formalidad pase una vez cada dos años. Haz que la
conversación fluya entre todos los de tu grupo para fortalecer las
conexiones entre el esfuerzo individual y rendimiento.
Hazles preguntas, muéstrales gratitud y
apreciación a los miembros de tu equipo y responde a las señales de
problemas. Podríamos aprender una lección de pensar en pequeño. Si nos
esforzamos y pensamos en cómo comunicarnos mejor, lograremos mejores conversaciones y el fortalecimiento de las conexiones emocionales de apoyo para crear algo grande con tu equipo.
Por Janet Choi/soyentrepreneur.com
Por Equipo Editor Tribuna Gerencial
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