Espacios abiertos de oficina, solo para algunas empresas
Su adopción ha crecido en México por la reducción de costos que se logra en la renta de inmuebles; el modelo no es conveniente para algunas organizaciones cuyos empleados requieren más concentración.
CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión) — La adopción de áreas laborales de espacios abiertos, modelo creado en 1950, va en incremento en nuestro país desde hace 15 años. Sin embargo, este esquema de trabajo no es para todas las empresas, según los expertos.
En Estados Unidos, 70% de las oficinas son de
espacios abiertos, de acuerdo con la Asociación Internacional para el
Manejo de Instalaciones, y México parece seguir los mismos pasos.
Los beneficios de los
espacios abiertos que han empujado esta tendencia son la eliminación de
barreras en la comunicación y la creación de espacios colaborativos
entre los empleados. Pero hay uno contundente: la reducción de los
costos por renta y mantenimiento de oficinas hasta en 50%, dijo el
director de Talento de la Industria de Productos de la firma Accenture,
Marco González.
Sin embargo, la moneda tiene dos lados y si bien puede ser altamente
productivo para algunas empresas o departamentos específicos,
“definitivamente no es para todos”, agregó González.
Esta forma de trabajo tiene
algunos aspectos negativos que podrían afectar más a ciertas empresas. Entre ellos están la falta de privacidad, mayor ruido ambiental, lo que origina más estrés, conflictos laborales y mayor rotación de personal, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Tecnología de Queensland en Australia.
“Hay áreas que
necesitan privacidad, como pueden ser las de demanda intelectual, en las
que los empleados necesitan estar concentrados, o de confidencialidad,
como el departamento de Finanzas o Nóminas”, explicó González.
Adaptación diferente para cada generación
En promedio, el
proceso de adaptación de una oficina tradicional a una de espacios
abiertos, puede tardar entre seis y 12 meses, sin embargo, no para todos
funciona igual.
Mientras que para las generaciones Millennial (1980-1999) y la Z (de
2000 en adelante) pueden adaptarse más fácilmente a trabajar en espacios
abiertos, los Baby Boomers (1949-1964) y la Generación X
(1965-1979), para quienes tener una oficina propia representa un símbolo
de estatus, pueden tener más dificultades para hacerlo, explicó
González.
En
una encuesta levantada entre 42,000 empleados entre diferentes modelos
arquitectónicos de oficinas, la Universidad de Sidney, en Australia,
descubrió que quienes laboraban en oficinas abiertas tenían menor grado de satisfacción en el trabajo, pues enfrentaban, falta de privacidad visual y auditiva.
El principal problema
para la insatisfacción laboral y la lenta adaptación de las oficinas de
espacios abiertos es la falta de capacitación sobre el tema para que la
gente valore el cambio, sin prejuicios, dijo González.
Alternativa a espacios abiertos
Pese a los aspectos
negativos, el ahorro en costos es una fuerte motivación para que las
empresas opten por espacios abiertos como areas de trabajo. Para aliviar
la presión de estas zonas, una solución alternativa es implementar
modelos de trabajo a distancia, mejor conocido como “teletrabajo” o
“home office” (oficina en casa).
El teletrabajo ayuda para reducir la población en
oficinas y por tanto el ruido y falta de privacidad que padecen los
empleados en el modelo de espacios abiertos, además de incentivar la
productividad al reducir el ausentismo hasta en cuatro días por
trabajador al año; los gastos de oficina (luz, renta, mobiliario) en
27%; y la rotación en 25%, según la Red de Investigación de Teletrabajo,
en Estados Unidos.
“Cada vez más empresas implementan el teletrabajo en sus oficinas
como una opción para reducir los costos y retener el talento. Es una
tendencia que va a la alza”, dijo Marco Sánchez, director comercial de
Citrix, que se dedica a implementar sistemas de teletrabajo en el muno
desde hace 27 años.
Tres millones de personas trabajan a distancia en México, de
acuerdo con el estudio “Un acercamiento a la medición del teletrabajo:
Evidencia de algunos países de América Latina”, elaborado por la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), dependiente
de Naciones Unidas”.
Via cnnenexpansión.com
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