domingo, 28 de febrero de 2016

Tecnologia & Negocios

La actitud es más importante que el coeficiente intelectual para tener éxito


Los cazadores de talentos no se detienen en su afán por rastrear a las personas mejor capacitadas para determinadas tareas u oficios.
Durante años, la caza del ser más inteligente ha sido uno de los propósitos fundamentales de casi todas las empresas del planeta; la captación de jóvenes incluso antes de que concluyan sus estudios universitarios, la observación y el seguimiento detallados a sus calificaciones docentes.
Sin embargo, los expertos se cuestionan el verdadero valor del coeficiente de inteligencia.
Un estudio de la Universidad de Stanford considera que la actitud del individuo ante los retos, los problemas y ante la vida misma, tendría un mayor peso que el coeficiente intelectual, de cara al éxito.
Para la psicóloga Carol Dweck, quien se ha pasado toda su carrera observando y analizando la relación entre la actitud y el desempeño, el primero de estos fenómenos sería vital, por delante del famoso coeficiente intelectual.
Según la especialista, las personas pueden ser divididas en dos grupos: las de mentalidad fija o inamovible y las de mentalidad adaptativa o de crecimiento.
En el primer grupo, las personas consideran que uno es lo que es, y que esto raramente es modificable. Esta peculiaridad provoca que se muestren abrumados y hasta desesperados cuando la vida los coloca ante un desafío cualquiera.
Mientras, las personas con una mentalidad adaptativa siempre consideran que gracias al esfuerzo propio se puede mejorar y solucionar cualquiera de las tareas propias de la vida laboral, doméstica y social.
De manera que este último grupo, incluso teniendo un coeficiente intelectual más bajo, es capaz de solucionar un conflicto y de salir adelante, dejando rezagadas a personas inteligentes, pero que pertenecen al grupo de mentalidad inamovible.
Estas conclusiones echarían por tierra el precepto de que, cuando se tiene talento e inteligencia, uno puede solucionar cualquier reto, pues el coeficiente intelectual nos proporcionaría las herramientas necesarias para avanzar.
Este precepto desconoce que las personas de mentalidad inamovible funcionan con soltura mientras se trata de un recorrido fácil, pero cuando se atraviesa algún obstáculo sobreviene el bloqueo mental.
En casos como este, aquellos que poseen una mentalidad adaptativa suelen hacerle frente a la inclemencia y crecerse dentro de los malos momentos.
“La gente con una mente adaptativa recibe los contratiempos con los brazos abiertos”, ha asegurado Dweck, según un reporte de Forbes.
“Walt Disney –apunta la especialista- fue despedido de la productora Kansas City Star porque carecía de imaginación y no tenía buenas ideas”, algo que corrobora cuán poco hubiera podido lograr este hombre si hubiera sucumbido a sus propios sentimientos de impotencia.
De igual manera, Steven Spielberg vio rechazada su entrada en la USC’s Cinematic Arts School, y Oprah Winfrey fue despedida del canal de televisión en el que trabajaba porque “se implicaba demasiado emocionalmente en sus historias”, mientras que Henry Ford fracasó en sus dos primeros intentos de construir un imperio automovilístico.
De ahí que Dweck insista en la posibilidad de que tomemos medidas para propiciar un cambio a partir de una modificación de la actitud ante la vida. El primer paso para este avance estaría en decirle no a cualquier sentimiento de impotencia que intente cortarnos el paso. La idea está en aprender del fracaso, como única manera de seguir avanzando.
En la búsqueda de resultados, en el apasionamiento con que hacemos frente a una tarea y en la flexibilidad con la que asumimos las adversidades, estaría la clave del crecimiento.
“Una mentalidad de crecimiento busca oportunidades en todas partes, así que no hay espacio para los lamentos”, concluye Dweck.
Por Benjamin R. García
Via Bancaynegocio
Por equipo Editor Tribuna Gerencial 

viernes, 26 de febrero de 2016

Tecnologia & Negocios


Atributos, capacidades y recursos  se 

requieren en el entorno de negocios 

actual 



El líder de hoy debe cumplir con ciertas características para triunfar en el mundo de los negocios, debe convertirse en imagen icónica y representar de manera eficaz los valores y atributos de la empresa.
El factor humano y la competencia son factores clave cuando se trata de desarrollar un negocio exitoso.
Muchos casos de éxito confirman que el núcleo central del potencial está más allá de los perfiles académicos y psicológicos. Y entre los atributos, capacidades y recursos que más se requieren en el entorno de negocios actual destacan los siguientes:
Adaptabilidad
En un mundo globalizado, la capacidad para adaptarse al cambio constante, la innovación y la ruptura de las rutinas tradicionales es vital. Los líderes deben resolver las cosas con nuevos enfoques, convivir con grupos multiétnicos, hacer negocios con clientes en todo el mundo, acostumbrarse a viajar constantemente, ajustar su vida personal, ejercicio, salud, familia, dietas, recreación y hasta las relaciones personales de manera permanente. Se requiere resistir el ritmo de horarios cambiantes, condiciones de vida inéditas, pocos arraigos, muchas visiones y enfoques.
Inteligencia cultural
Flujos de información mundiales, cifras, estadísticas, datos que llegan de todas partes a todas horas, decisiones que deben incluir y considerar personas, ambientes y realidades al otro lado del mundo. Seleccionar lo útil, prioritario y decidir con base en un complejo sistema de negocios. Convivir con la diversidad étnica, religiosa, cultural y de género en los mercados, visualizar la interacción con clientes de gustos, mentalidades, protocolos, preferencias y deseos desconocidos. En la formación de líderes trabajamos con nuestros clientes para saber enfrentar todo eso y resolver los choques culturales, estilos de trabajo, formaciones, negociar e imponer una agenda o punto de vista común, aspectos que representan cualidades necesarias y muy valiosas para las empresas.
Influencia y persuasión
Las habilidades de comunicación orientadas estratégicamente, usadas en su máxima expresión para sacar lo mejor de las personas, aprovechar las oportunidades de negocio, resolver conflictos, dirigir equipo de trabajo y construir una red de contactos útil y eficiente. Herramientas de protocolo básico, comunicación oral, escrita, no verbal; saber convencer, generar una percepción positiva y saber destacar en todas las situaciones de manera ejemplar, dejar una imagen perdurable y hacer valer las cualidades personales.
Manejo de equipos
Mantener la disciplina y productividad de un equipo es cada vez más complejo. Los líderes que se buscan requieren de cualidades a veces subjetivas, un carisma demoledor, sentido de dirección, firmeza, integridad para motivar, fomentar el flujo de energía al interior de sus empresas u organizaciones. Un pequeño conflicto interno, la falta de comunicación y los aspectos que inhiben una adecuada coordinación son parte de la agenda de trabajo del líder moderno.
Resistencia y durabilidad
No me refiero a permanencia. Se trata del control emocional, de la capacidad para mantener el ritmo, para hacer frente a los problemas sin verse afectado. Trabajamos con los líderes en diversos aspectos con relación a su preparación mental, espiritual y física para llevar su vida en orden, mantenerse ecuánimes, sanos, libres de complejos, sin arraigos destructivos, conservar su identidad, con la capacidad para manejar una crisis y reconstruirse cada día. Estas habilidades se pondrán a prueba frecuentemente. A veces el éxito demanda saber estar sol@ por largos periodos; se hará difícil conseguir amigos y pareja por la falta de tiempo; habrá que pasar mucho tiempo lejos de casa; construir hogar y sentar raíces se irá posponiendo. El ascenso de los líderes puede implicar que sus amigos tradicionales se acostumbren a no contar con su presencia en las fiestas de siempre.
Confiabilidad
Los accionistas y directivos buscan más líderes con visión, exploradoros, innovadores, intrépidos, capaces de dirigir en los tiempos difíciles, preparados para soportar presiones, imponerse a la competencia y lo suficientemente ambicios@s, seguros y determinados para buscar nuevos mercados, para abrir nuevos espacios y para ascender en sus posiciones. Para su personal y colaboradores, disponer de la seguridad de mando, de la fuerza y estabilidad del líder les dota del aplomo y certeza en el rumbo, se sienten involucrados, impulsados, orientados. El líder confiable no deja lugar para excusas, titubeos ni demoras.
Ejemplaridad productiva
Las empresas hoy en día buscan líderes que aporten no solamente el rendimiento laboral, sino que den siempre lo mejor de sí mismos, que se mantengan sólidos, estables y en crecimiento constante. Ejemplos radicales de cambio, dedicación y esfuerzo rentable; creadores de historias, ambientes y culturas internas que sean congruentes con el modelo aspiracional de sus marcas, productos y servicios. Los líderes deben cumplir hoy con la encomienda de convertirse en imágenes icónicas, marcas personales, representaciones terrenales de los valores y atributos de sus empresas y organizaciones tanto al interior como al exterior de las mismas.
Pensamiento crítico-estratégico
Los triunfadores de hoy tienen una mentalidad revolucionaria, ven cosas que otros pasan por alto, son una mezcla de genialidad, creatividad, imaginación y ciencia pura; detallistas que buscan el origen y las causas, las mejores formas de hacer las cosas, viven en tiempos concretos. Articulan rumbos y directrices calculando visionaria e intuitivamente. Usan la información y los datos cuando es necesario, dirigen con emoción cuando se requiere, no llegan simplemente a metas sino que satisfacen objetivos. Sus referentes son más exhaustivos, tienen un hambre permanente de conocimiento. Curiosos, exploradores, inquietos, han logrado la independencia moral, motivacional y disciplinaria necesaria para dirigirse y dirigir a otros.
emprendedoresnews.com

Por Equipo Editor Tribuna Gerencial 

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