QUE HAY DETRÁS DE LA RECONVERSION MONETARIA EN VENEZUELA
Muchos pensarán que la reconversión constituye una jugada de simple maquillaje monetario para ganar algo de tiempo, eliminando cinco ceros y cambiándole el nombre a la moneda.
El hecho cierto es que detrás de la “reconversión” podría estar pretendiéndose el fin absoluto a nuestros derechos y libertades, nuestra ciudadanía, así como al maltrecho Estado de Derecho que pueda quedar en la actualidad.
Tal como ha sido anunciada, la “reconversión” monetaria esta tendría por objetivo un congelamiento generalizado de los precios en la economía -nada más y nada menos-. Un congelamiento donde la violación del mismo no encontraría, para el administrador de la cosa pública respecto al “violador” eximente en la causa ajena como habría sido hasta la fecha la cotización del dólar no oficial -dólar al cual la mayoría que pretendería obtener la divisa tendría que acudir-.
¿Cómo operaría esto?
El supuesto anclaje del bolívar soberano al petro no posee por función una regla de astringencia del déficit fiscal y su monetización, sino en palabras del vicepresidente el jueves 26 de julio de 2018, imponer un “valor referencial” -y fijo- al bolívar respecto al petro, el cual terminará siendo fijado por el Gobierno. Esto implica pretender imponer un tipo de cambio fijo y/o administrado por el Gobierno entre el bolívar-petro-dólar (al menos para su propósito de referencia para un congelamiento de precios y para las sanciones para quien lo viole).
Obviamente lo anterior exige, como se sospecharía desde un principio, que no habrá libre determinación del valor del petro, y para ello justamente la retórica de su anclaje en el valor y/o porción respecto al bloque petrolero asignado, lo que busca crear un valor referencial para congelar en adelante el resto de los precios.
Alguien puede augurar que se tendrá éxito con esta política de congelamiento de precios. No. Pero les permitirá dentro de su lógica y modelo populista destructor, actuar como sancionador a quien no mantenga su precio en bolívares congelado al valor referencial.
Tendrá esto incidencia sobre las expectativas inflacionarias. Lo más probable es que no. Restituirá la confianza perdida. Obviamente no.
¿Se cumplirá el congelamiento de precios? Como en los casos anteriores de controles y congelamiento de precios, no, especialmente en los mercados negros o informales (de hecho como asomaremos más adelante en la medida que lesione la actividad económica aguas arriba creará mayor desabastecimiento y en consecuencia presiones de mayores precios que vacíen los mercados paralelos o negros de productos).
Lo que sí podría generar esta política es mayor colapso económico, especialmente en los sectores productivos y las cadenas de valor y comercialización formales y primarias, sobre las cuales es más fácil aplicar fiscalizaciones.
El problema es que mientras más creíble resulte la amenaza, el castigo y la fiscalización del congelamiento de precios, bien por incremento en la probabilidad de ser capturado, así como por aumentos en las sanciones y penas, e incluso si se administra vía carnet de la patria (porque en Venezuela cada vez serán menos los productos de consumo masivo y primera necesidad que se adquirirán vía Out-of-the-Pocket sino vía subsidios administrados en tiempo real vía el carnet de la patria y por la imposición de obligación a los productores y oferentes a vender sus productos al Estado en mayores proporciones); simplemente se violaría la restricción de participación del oferente -quien tiene un costo de oportunidad de su capital y un precio de acceso a una divisa no oficial- y los costos administrativos de la política serán enormes.
Un pequeño detalle que el gobierno le dejó a la Asamblea Nacional Constituyente es qué hacer con el mercado cambiario, toda vez que en la medida que su acceso sea por medio de mercados no oficiales, cómo controlar ese precio, y siendo que se requiere acceso al mismo para adquirir insumos esenciales para la cadena de valor, no es un tema menor –así como la depreciación del bolívar soberano en ese mercado y la necesidad de su pass-through a los precios que se encontrarían congelados-.
Venezuela requiere urgentemente de economistas que debatan estos temas, nos estamos dirigiendo, acelerando vía políticas públicas erradas, al colapso total.
Enrique González
Via bancaynegocios.com
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