jueves, 26 de septiembre de 2013

Calidad & Productividad

LA PRODUCTIVIDAD Y CALIDAD  EN EMPRESAS CONSTRUCTORAS EN LOS NUEVOS TIEMPOS. 

La globalización del mundo actual ha obligado a las organizaciones empresariales a dirigir su “mirada” hacia la gestión de la calidad y de la productividad de sus productos y/o servicios todo ello con la finalidad de garantizar su sustentabilidad en el tiempo. De esta situación no escapan las empresas constructoras  venezolanas, quienes a lo largo de los años se han caracterizado por  la ejecución de las obras o la prestación de servicios basada en actividades netamente operativas, carentes en la mayoría de los casos de control de los diversos procesos involucrados.
Lo antes descrito ha originado no solo productos de baja calidad que no logran satisfacer las expectativas de clientes y usuarios con la consecuente perdida de mercado, sino que ha producido una merma de la rentabilidad de las empresas toda vez que no ha existido un buen aprovechamiento de los recursos involucrados durante la ejecución de las obras y/o la prestación del servicio.
Años atrás las empresas concentraban sus esfuerzos y estrategias en el área de manufactura; posteriormente se concentraron en el marketing, hacia los años setenta y primeros años de los ochenta se le dio gran importancia a la gestión financiera, producto de la importancia que revistieron las operaciones de fusiones, adquisiciones y expansión de riesgos por parte de las corporaciones.
Lo antes expuesto dio origen a la  perdida  de participación de las empresas en el mercado impulsando ello la creciente preocupación  por la calidad y la gestión de la productividad, por lo que resulta importantes o abordar la gestión de la productividad de las referidas empresas, de modo de  establecer ventajas competitivas para  las mismas, mediante el estudio de la reingeniería de los  procesos involucrados en la prestación del servicio. De esta manera se prevé lograr un equilibrio tanto en las estrategias como en la gestión, permitiendo el “control” del ciclo de productividad a efectos de incrementar la productividad total y reducir además los costos unitarios de productos y servicios dentro del más elevado nivel posible de productividad.
En concordancia con lo expuesto  debe considerarse un sistema de gestión de la productividad conformado por actividades de medición, evaluación, planeación y mejora de la misma. De esta manera se abordará el ciclo de la productividad desde su primera fase crítica, la medición, seguida de la evaluación al comparar los logros obtenidos con los niveles planeados. En la fase de planeación se perseguirá el incremento de la productividad, a través del diseño y formulación de  diversos indicadores tanto en el corto como en el  largo plazo a efectos de mejorar la productividad y rentabilidad de la compañía.
Una vez establecidos los indicadores deberán establecerse  las acciones concretas para la puesta en práctica de los planes trazados, de esta manera  se podrán medir de modo simultaneo el impacto de los cambios realizados sobre todos y cada uno de los componentes que participan en el proceso productivo.
Existen diversas metodologías y sistemas de trabajo que permiten el “control de la productividad total, tales como el TQM, el TPM el “just in time”, la reingeniería, los círculos de calidad entre otros. Sin embargo al considerar la productividad total, debe ser objetivo y meta de todos los sectores e individuos que conforman la organización, en consecuencia deberá abordarse como “gestión total de la productividad”.
De acuerdo la calidad no debe ser considerada como es un lujo sino una absoluta necesidad, sin embargo “tener calidad” no es suficiente, tantos los productos como los servicios deben incorporar una calidad total, que involucra productividad, de modo de garantizar el futuro de las organizaciones, en el mundo globalizado de hoy. En consecuencia calidad y productividad van tomadas de la mano, es por ello que observamos que la tasa de crecimiento de la  productividad de los países va asociado con el incremento del nivel o calidad de vida de sus habitantes, la tasa de inflación, la tasa de desempleo y con todos aquellos indicadores que proporcionan una idea sobre el grado de bienestar social y económico de la población.
En semblanza con esto, las organizaciones que logren un nivel de productividad mayor al del promedio nacional de su industria, tenderán  a contar con mayores márgenes de utilidad, con lo cual garantizaran su permanencia en el tiempo y sus niveles de competitividad. Las mejoras tanto de la productividad como de la calidad se verán  reflejadas tanto en los costos como en los niveles de servicio, traduciéndose esto en una ventaja competitiva.
Debemos dirigir nuestra mirada a establecer y demostrar que la mejora en los niveles de productividad es reflejo directo de la mejora de la calidad de los procesos involucrados en la creación de un producto o servicio prestado. De igual forma lograremos revelar la  importancia de la eficiencia y la efectividad en los procesos productivos, así como el estudio de todos aquellos factores involucrados en las diferentes fases del proceso productivo o de prestación del servicio. De acuerdo a esto para ser productivo hay que ser efectivos y eficientes, en el orden señalado de modo de lograr una adecuada sinergia entre los fines perseguidos y los resultados obtenidos.
Resulta complejo abordar las diversa variables involucradas en el incremento o mejora de la productividad, de esta manera podemos abordar la productividad total como el resultado del cociente entre los resultados tangibles totales y los insumos tangibles totales involucrados, de manera que debemos hablar de una productividad multifactorial.
Las características actuales de la sociedad  con constantes y rápidos cambios tecnológicos, sociales, políticos, económicos y culturales, originan la variabilidad de las necesidades de los consumidores, de las necesidades ambientales y psicosociales de los consumidores, los cuales a su vez originan modificaciones en los marcos legales vigentes, por lo que las corporaciones deben adecuarse a los mismos, para lo cual deben controlar de manera permanente los niveles de productividad, los costos, la calidad, el nivel de los servicios prestados y los grados de satisfacción, constituyéndose esto en la principal ventaja competitiva sostenida para las mismas.
            Para ello las corporaciones y todo el personal involucrado en las mismas deben experimentar un cambio radical en su manera  de pensar, que debe trasladarse desde los directivos a los empleados. Debe existir una nueva forma de ver, analizar, gestionar y promover la productividad, de modo de garantizar la competitividad presente y futura de las mismas.
            La mejora continua de la productividad debe ser enfocada hacia la mejora de los procesos y sistemas, así como en la medición certera basada en datos concretos y no en suposiciones, con lo cual  repercutirá en forma positiva en la reducción de los costos asociados, con lo cual se garantizará la sustentabilidad de las corporaciones, con la ampliación de sus cuotas de mercado.
            Gestionando la productividad de manera total, se eliminaran las improductividades de los diferentes procesos, incidan estos directamente o no en la producción además de lograr que con el trabajos en equipo de toda la organización se aumente la productividad de la empresa, mediante una mayor fluidez de los recursos y energía, que permitirá un mayor rentabilidad que a su vez abrirá las puertas para la conquista de nuevos mercados a mediano y corto plazo.
Para  el caso de las empresas constructoras, producto de la situación del mercado, se amerita desarrollar planes estratégicos, que le permitan obtener beneficios acordes con la capacidad de producción, permitiendo además la optimización del uso de los recursos humanos y materiales, así como la implementación de tecnologías de vanguardia, de modo de lograr una gestión eficaz, eficiente y efectiva. De esta manera no sólo se obtendrán beneficios económicos al incrementarse la utilidad de los accionistas, sino que se mejorara la calidad de vida de los trabajadores.
Para la obtención de las referidas mejoras la organización debe definir sus procesos, estableciendo con precisión sus objetivos y estar totalmente dispuestos  al cambio, a la reestructuración, de manera  que pueda afianzar sus unidades de negocio y lograr una estructura de costos acordes con las necesidades del entorno.
     De todo lo expuesto deriva entonces  la necesidad de disponer de herramientas de gestión que proporcione el uso  de datos confiables, a través de los cuales se logre una medición objetiva de las funciones, con la finalidad de tomar decisiones oportunas, permitiéndole efectuar ajustes a sus procesos y garantizar su productividad, ampliando el mercado, satisfaciendo las necesidades de los clientes, minimizando costos y brindando un buen servicio, permitiéndonos concluir con la frase citada por William Hewlett “No es posible gestionar lo que no se puede medir.” .



Autor: Ing. Milagro Montero.
C.I 7.374.416

Coordinadora de Operaciones de la empresa Pegarca P.G.

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